Lisbon, fragmentos de una sociedad
Simplemente traté de captar el pulso de una ciudad, enclavada entre tradición y vanguardia, penetrando, a modo de paseo, en viejos barrios de estrechas calles, que me transportan a los rincones más evocadores de la Lisboa más auténtica. La mirada de un extraño, siempre consaviado en conseguir ésa escena que transmita sensaciones a todo el que esté dispuesto a ver, una mirada que refleja ése carácter cosmopolita que yo tanto valoro en mis viajes y que en ésta urbe llamó bastante mi atención. Una ciudad en continuo avance, pero que no deja de lado su historia, sus rasgos, una ciudad con personalidad propia, que lo demuestra en cada rincón pero muy íntima en lo que se refiere a sociedad.
Surcando las calles, los tranvías, reflejo de épocas pasadas, sobre rieles incrustados en asfalto y adoquines, conectados con cables flotando en lo alto de cada rúa, y siguiendo una misma trayectoria en paralelo, avanzando a velocidad uniforme, te transportan en el tiempo, mostrando una Lisboa íntima y nada pretenciosa, que, a la vez fascina y sorprende.